AMBROSIA ♣ LA MUJER SIN TIERRA


La Olvidada


Narra el historiador morenense Javie
r Salcedo
en su libro"Alcorta, la elite y la herencia recibida" que por el año 1836 habitaba este territorio, que aún no se llamaba Moreno, una mujer, cuyo nombre completo era María Ambrosia Ferreyra. Luego de solicitar al gobierno la compra de un terreno estatal, que arrendaba hacia doce años, se perdió en la niebla de los tiempos. Sus papeles aparecieron entre los de Alcorta.
Contar la historia de Ambrosia es reivindicarla.


Alicia VicchioLa descripción física de Ambrosia pertenece a la imaginación popular, hay quien dice que era de mediana estatura, de formas redondeadas, cabellos castaños y mirada fuerte; otros la piensan enjuta, pálida, peinada con trenzas y dominada por las circunstancias. Pero qué importa si era rubia, castaña o morena, poco se sabe de María Ambrosia Ferreyra, la mujer que arrendaba una parcela que había pertenecido a los Padres Mercedarios, pagando 6 pesos anuales. Una de las primeras mujeres con nombre propio, sin abolengo, trabajadora de la tierra y pastora de ganado lanar, que habitaron el territorio de lo que hoy se denomina como el partido de Moreno.

Cuenta el licenciado en Historia Javier Salcedo que Amancio Alcorta, quien pasó a la historia como "el fundador del Partido de Moreno" - aunque no lo fue- se enteró que iba a salir una ley por la cual se podían comprar terrenos y presentó varios documentos.

Ambrosia, preocupada porque la iban a echar de su predio, decide realizar una presentación con fecha 24 de octubre de 1836 ("Año 27 de la Libertad - 21 de la Independencia y 8 de la Confederación Argentina", escribe tal la modalidad de la época), en la que detalló "...según consta en recibo adjunto, estoy poblada en terreno del Estado, del que he pagado arrendamiento... y deseando comprar al precio del terreno de estancia la extensión que poseo hace doce años..." (Legajo 6 - Documento 37 - Papeles de Amancio Alcorta - Guardados en el Archivo General de la Nación).

Le terminan dando una pequeña parcela de un terreno que ni siquiera pudo conservar.


Había tenido dos errores, el primero: declararse como "ferviente seguidora de Rosas" y reclamar la extensión de tierra que también solicitaba Crisóstomo Bravo Rueda, ubicado en "un punto conocido como el paso del rey, que consta de 600 varas -más o menos- de frente al río, con legua y media de fondo y que linda por la parte sud con el designado río, por el este con tierras de Catalina Miranda y por el oeste con las de Pedro Rodríguez", escribía Rueda, quien no explicaba en su nota desde cuándo era poseedor, muy por el contrario de la heroína de esta historia: Doña Ambrosia, quien olvida determinar qué superficie ocupaba, el segundo error.


El Departamento Topográfico terminó por agregarle varas a la solicitud de Bravo Rueda, explicando qué mojones tomó para la medición, quienes eran los linderos y el origen de la tierra de cada uno, concluyendo que al varón le correspondían 1.083 hectáreas cuadradas y sólo 112,49 hectáreas cuadradas fueron para Ambrosia, que se dedicaba a apacentar ganado vacuno y lanar en número reducido. La Ley de Premios de 1839 terminó con las pretensiones de ambos, ya que impedía vender tierras públicas, el Departamento Topográfico recurrió a la Ley de Enfiteusis (una creación de Bernardino Rivadavia que propagó las grandes extensiones en poder de unos pocos).


Para Salcedo, el que se encarga que Ambrosia Ferreyra pierda todo es Amancio Alcorta, el mismo que dice "en 1841 ella desapareció con rancho y todo", en contradicción con un documento que data de 1849 que la da como viva y ocupando el terreno que el Estado le había concedido.


Entre los papeles de Alcorta se encontró documentación de la campesina, pero nunca más se supo de ella.


La historia oficial de este distrito fue preparada para narrar la vida y obra de las familias patricias de Moreno, esos mismos que utilizaron sus conocimientos para hacer grandes negocios.

Por el contrario esta tarea de investigación pone de manifiesto que la historia de este pueblo la hicieron primero - y la siguen haciendo todos los días- gente simple y trabajadora, como Ambrosia.


Fuente: "Alcorta, la elite y la herencia recibida" - Pág. 72 a 89 - Autor: Javier Salcedo, profesor de Historia.





3 comentarios:

Anónimo dijo...

Clara María Guierra, te manda saludos y te dice que mujeres como Ambrosia forjaron la patria. Gente como Alcorta quedó en la historia mentirosa como los fundadores de la patria.
Ambrosia tiene una historia que merecía ser contada. Felicito al profesor Javier Salcedo por escribir sobre ella y a la periodista Alicia Vicchio "la mejor de todas" por rescatarla del olvido, tomando el texto de Salcedo y difundirlo, como sólo ella puede hacerlo, con la excelente redacción que marca su estilo propio.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Estoy en el medio de un problema, en el colegio nos enseñaron otra historia de Alcorta y ahora, con esta novedad, me doy cuenta que -como siempre- "a la historia se la escriben los que ganan", quiere decir que hubo quien contó otra historia para hacer quedar de maravillas a los Alcorta. Por suerte apareció este profesor Javier Salcedo y les dio vuelta la trama.

Ana Monterroso